Accesibilidad cognitiva en espacios para mayores: diseño y autonomía
Tiempo de lectura: 10 minutos
- Autor
- Berta Liliana Brusilovsky Filer
- Fecha de publicación
- 9 de octubre de 2024
Diseñar espacios inclusivos para la infancia y la educación, a pesar de las dificultades que implica este trabajo para los profesionales del diseño, está ya muy difundido. Por lo general, lo hacemos acompañados de especialistas que hablan con un lenguaje adaptado a la neuroeducación del siglo XXI, introduciendo nuevos enfoques que implican conceptos y relaciones espaciales diferentes. Lograrlo es un éxito para la población infanto-juvenil y sus maestros, ya que todos se verán beneficiados por un cambio en los principios que orientan el proyecto de arquitectura.
El espacio es parte integral de lo que somos, de lo que sentimos y percibimos, del medio ambiente que construimos y nos construye. Nuestra capacidad de ubicación en los diferentes lugares nos vincula con el tiempo: venimos de un pasado que se puede recordar ante los olvidos de una memoria leve de lo actual, a veces muy corta. Estamos en ese presente que debe convertirse en un factor de ayuda para saber dónde nos situamos, hacia dónde queremos ir y qué podemos realizar.
Los profesionales que, por un motivo u otro, estamos implicados en buscar calidad de vida para los mayores, deseamos alentar el mejor desempeño de las personas en los espacios cotidianos. Estos son, sin duda, donde llevarán a cabo sus actividades, algunas sedentarias y otras en movimiento, con acciones concretas o simplemente caminatas a lo largo de los pasillos -algunos en una deambulación errática-. Es crucial aumentar la calidad tanto de los desplazamientos como de las actividades que pongan en marcha todo lo necesario para que las mensajeras del sistema nervioso, las neuronas, se mantengan activas.
El objetivo de este artículo es abordar las funciones y procesos que la neurociencia incluye cuando se refiere a conductas espaciales, aspectos que han alertado a los diseñadores de la accesibilidad cognitiva en edificios para mayores sobre su importancia. Por ello, debemos tenerlos en cuenta desde el enfoque de un proyecto.
Estas funciones y procesos avanzan en el texto de manera sintética a partir de la "corteza motora" -encargada del control cerebral del movimiento- y de los "sistemas práxicos de comunicación espacial". En el contexto de espacios complejos, estos elementos pueden orientar al diseñador sobre lo que se debería incluir en los proyectos, considerando las características de la población mayor, frecuentemente afectada por emociones y sentimientos negativos.
Nuestro enfoque será práctico para que se aprecie la importancia de conocer estos componentes al diseñar para la salud de estos grupos tan sensibles desde el punto de vista vivencial.
Antecedentes
Con la experiencia que me han dado las intervenciones en edificios donde se mueven adultos mayores, no necesariamente residenciales, he aprendido de la observación y posterior investigación algunas particularidades que el estudio basado en neurología de la conducta me ha ampliado. Esto me ha ayudado a tratar de mejorar la deambulación en espacios no siempre cotidianos para ellos.
Estos espacios presentan dificultades porque no son los de su espacio personal, como su vivienda, o porque los adultos mayores olvidan ¡tantas veces! dónde se encuentran, hacia dónde deben dirigirse, o qué movimientos tienen que hacer para tomar la dirección adecuada. Algunos especialistas denominan a este conjunto complejo "ejecuciones práxicas" y es una parte de la neurociencia que siempre me ha apasionado, ya que con la arquitectura se pueden mejorar las relaciones de los usuarios con y en sus espacios de vida.
Antes de hablar de soluciones que los profesionales podemos aportar, hay que entender el funcionamiento de estos sistemas y procesos funcionales, y las implicaciones que tienen las relaciones de los componentes espaciales para mejorar el desempeño de las personas.
La corteza motora
Información importante sobre estimulación en áreas específicas de la corteza cerebral nos anima a quienes trabajamos con el diseño a crear espacios que puedan ser generadores-activadores de acciones motoras.
La activación de las neuronas en áreas concretas de la corteza cerebral provoca el movimiento en todas las partes de nuestro cuerpo.
La corteza premotora está involucrada en la selección de los planes motores apropiados para los movimientos voluntarios, mientras la corteza motora primaria está involucrada en la ejecución de esos mismos movimientos. Los que no somos expertos y no sabíamos (antes de estudiarlo), es que la estimulación de regiones de la corteza motora primaria origina movimientos que requieren la actividad de numerosos músculos.
La corteza motora primaria no representa la actividad de músculos individuales, sino el movimiento de partes individuales del cuerpo, que frecuentemente requieren la actividad coordinada de grandes grupos de músculos del cuerpo.
Lo que se pretende trasmitir antes de continuar, es que nuestros movimientos influyen sobre la actividad neuronal de partes importantes y complejas de la corteza cerebral. Y la actividad neuronal “mantiene con vida la vida”.
Sistema límbico
Es el encargado de regular las emociones: hay autores que lo llaman “cerebro emocional”. Tiene un papel importante en el aprendizaje y la memoria y un rasgo fundamental en las respuestas fisiológicas ante ciertos estímulos a los cuales se ve expuesto el ser humano y que provocan emociones como el miedo, la ira o la alegría.
Constituido por las partes más antiguas de cerebro reptiliano, conviene recordar aquellas que son importantes porque procesan las emociones y la memoria: la amígdala, el hipocampo y el tálamo, puerta de entrada de las redes sensoriales a excepción del olfato, y que recibe, envía e integra numerosos impulsos motores y sensitivos entre los centros superiores y la periferia.
Las emociones negativas y el distrés, que pudiera provocar la percepción de espacios laberínticos requieren precisiones de proyecto que no siempre se valoran suficientemente: son aquellas que aportan información al usuario sobre cómo funcionan y se relacionan las actividades en el edificio. Y por eso se dejan para el final ciertas decisiones que luego no se pueden resolver o son más complicadas cuando se han terminado de ejecutar las obras. Y tienen además sobrecostes.
El sistema práxico
Es un sistema que corresponde al conjunto funcional de la praxia gestual que se caracteriza por la capacidad para ejecutar actos motores aprendidos: es un sistema de funcionamiento motor intencional, que incluye la capacidad para realizar secuencias de movimientos tras una orden verbal, imitar o realizar un movimiento o reacción ante la presencia de un objeto y poder luego manipularlo. Un sistema funcional que se basa en una compleja organización en la que intervienen diferentes componentes neurofuncionales: los que aquí interesan son aquellos que permiten componer-crear correlaciones con el diseño espacial.
El sistema práxico es sumamente complejo de ahí que se enuncian los centros más importantes, aquellos sobre los cuales el diseño puede actuar de manera directa o indirecta sobre los impulsos nerviosos movilizando áreas y generando acciones espaciales. Para la correcta ejecución práxica, existen patrones motores estables que contienen un conocimiento implícito de los atributos de los objetos de los que se puede hacer un guión:
- Son acciones secuenciales que el sujeto debe seleccionar ejecutando un plan de acción, con capacidad de inhibir acciones no pertinentes, memorizar el conjunto de esquemas, almacenar los pasos intermedios y comprobar la ejecución final. Algo que parece tan natural es complicado para personas con dificultades práxicas, motoras.
- Algunas acciones son tan automáticas que no necesitan control voluntario para continuar su ejecución; otras, en cambio, requieren una nueva construcción y la intervención de estrategias cognitivas específicas para configurar el plan.
- La imitación de gestos forma parte de los sistemas de comunicación y existe una relación importante entre la producción del habla y la generación de gestos. Y desde mi aprendizaje de neurociencia como arquitecta, intervienen todos los lóbulos cerebrales: frontal, el que planifica e inicia movimientos; parietal el que sabe de orientación espacial; occipital, fundamental para el procesamiento visual; temporal, porque complementa el trabajo como responsable de la audición, del habla y de la palabra.
A través del estudio de tareas práxicas se puede comprender cómo el cerebro armoniza determinados movimientos aprendidos si se mantuvieran las áreas de almacenaje y las conexiones necesarias. O, en caso contrario, interesa evaluar aspectos funcionales para situar al problema en su contexto y las posibles soluciones. Activando otras regiones, manteniendo la actividad, e Influyendo sobre la fortaleza y eficacia de la musculatura, especialmente la de las extremidades inferiores.
Almacenamiento de gestos: esto es posible ya que habría un sistema, en el hemisferio izquierdo para almacenar las representaciones de los movimientos aprendidos, o “praxicón” (equivalente al lexicón de la lectura pero en este caso, de las acciones) que son esquemas de representación de fórmulas espacio-motoras. Su “destrucción” por causas funcionales o accidentes implicaría el olvido de los gestos aprendidos.
Desconexión: se podría distinguir entre la disfunción causada por la “destrucción” de las áreas en las cuales el «praxicón» está representado, y la apraxia, que resulta -y esto es sumamente importante- de la desconexión de estas áreas parietales de las áreas motoras que implementan estas representaciones. El cuerpo calloso es una pieza importante ya que une, coordinando, ambos hemisferios del cerebro.
- Las respuesta la ofrecen autores que postulan que es posible la recuperación de gestos gracias a que los procesos de entrada: percepción, comprensión, y salida gestual: producción, realización, se lleven a cabo a través de dos subsistemas, el “lexicón” de entrada de acciones” el LEA, sistema para recibir la información relativa al código de los atributos físicos, y el “lexicón de salida de acciones” el LSA, un código de los atributos físicos para que la acción pueda ser llevada a cabo. Con las siguientes particularidades:
- El trastorno en la comprensión del gesto se explicaría relacionado con el input o correspondiente a él. Cuando la comprensión se encuentra conservada pero la reproducción lesionada, la dificultad se centraría en el output.
- En el deterioro de la comprensión de gestos con una buena ejecución en imitación, el sujeto puede acceder al input, pero no puede acceder ni activar el acceso semántico. Es posible imitar movimientos que nunca se han visto o hecho, no familiares, a través de la “ruta no representacional-directa”, sin acceder al almacén de las representaciones espacio temporales pues no hay memoria de ellos.
Durante la imitación de gestos con significado, el gesto requerido debe ser evocado desde las representaciones guardadas en la memoria semántica y los recuerdos personales como puede ser el baile. Si esta falla, las respuestas serán imposibles. En cambio, cuando es requerida una imitación de gestos sin significado, el gesto se elabora exclusivamente a partir de la ruta directa: se copia sin que exista un sentido u objetivo.
Activación práxica con referencias
- Copia e imitación: cuando existe la posibilidad de hacer movimientos pero se ha perdido el almacén se hace por ruta directa.
- Incentivos de recuerdos cuando no se ha perdido el almacenamiento y hay dificultades para recordar.
- Incentivos gráficos que pudieran desencadenar emociones positivas.
Conclusiones
Con el texto anterior y estas conclusiones se busca animar a la lectura de los aspectos que desde la neurociencia pueden dar pistas importantes para diseñar espacios para la salud y la mejora de las condiciones de deambulación de personas mayores. Acciones que tanto repercuten sobre su calidad de vida.
Diseño: orientación y activación
Se presentan ejemplos prácticos llevados a cabo en proyectos para mayores para la reproducción de acciones por varias vías:
- Orientación y direccionamiento con figuras adaptadas al usuario, guías, formas y colores.
- Acciones por vía directa: copia o imitación de movimientos que pudieran estar bloqueados: a través de actividades dirigidas.
- Incentivos positivos para generar recuerdos de movimientos individuales u organizados (bailes): con la activación de la amígdala y el hipocampo en el sistema límbico.
- Actividades espontáneas que generan componentes gráficos positivos y “provocadores” (similar a los estímulos publicitarios).
Diseño: cambio de enfoque en las zonas de circulación
Las zonas de circulación, cuando se trata de edificios donde conviven personas mayores como residencias y otras tipologías de convivencia, deberían enfocarse con una mirada diferente e innovadora, pensando en cómo esos espacios pueden servir no solo para ir y regresar desde y hacia a los espacios privados. Pueden ser las “calles” donde ellos se pueden sentar a charlar y echar agua a las plantas que ellos mismos han escogido y colocado. De esta manera y fomentada sencillamente por un cambio de mirada, su vida se verá alterada positivamente, frente a unas formas tradicionales de uso de los espacios de circulación que no favorecen la vida activa. Y donde los pasamanos que representan sus necesidades de apoyo - para tener desplazamientos seguros- una vez integrados con otras referencias vitales biofílicas o de juegos adaptados a las dimensiones disponibles: el verde, las plantas, los elementos para las actividades físicas y la iluminación natural y artificial, llamarán a sentimientos positivos y a emociones que como la alegría cambiarán 180 grados el espíritu de los habitantes.